Link para descargar: Santo Cura de Ars: Mamá, enséñame a ser sacerdote
Una reflexión del SANTO CURA DE ARS
Y UN ARCHIVO DE » MAMÁ, ENSÉÑAME A SER SACERDOTE »
Primeramente digo que todo le está prometido a la oración, y en segundo lugar, que la oración bien hecha lo alcanzará todo: es ésta una verdad que Jesucristo nos repite casi en cada página de la Sagrada Escritura.
La promesa de Jesucristo es formal: «Pedid, nos dice, y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá. Todo cuanto pidáis al Padre en mi nombre, lo obtendréis, si lo pedís con fe». Mas no se contenta Jesucristo con decirnos que la oración bien hecha lo alcanza todo.
Para mejor convencernos de ello, nos lo asegura con juramento (Juan XIV, 13.): «En verdad, en verdad os digo, que todo cuanto pidiereis a mi Padre en mi nombre, os lo concederé». Después de estas palabras del mismo Jesucristo, me parece que es va imposible dudar de la eficacia de la oración.
Hemos dicho que la tercera condición que debe reunir la oración para ser agradable a Dios, es la perseverancia. Vemos muchas veces que el Señor no nos concede en seguida lo que Pedimos; esto lo hace para que lo deseemos con más ardor, o para que apreciemos mejor lo que vale.
Tal retraso no es una negativa, sino una prueba que nos dispone a recibir más abundante lo que pedimos.
¿Qué hicieron, pues, los santos? Perseveraron constantemente en sus peticiones y, por su constancia, obtuviere siempre lo que pedían a Dios.