LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
“El Hijo de Dios de hizo hombre para hacernos Dios”[1]
En esto puede resumirse el misterio de la Navidad, misterio que celebraremos en pocos días más.
Hermosamente dice nuestro Directorio de Espiritualidad (25):
“El hacerse hombre Dios es el misterio primero y fundamental de Jesucristo y Dios no estuvo nunca tan cercano del hombre y el hombre jamás estuvo tan cercano a Dios como precisamente en ese momento: en el instante del misterio de la Encarnación”.
¡Misterio de la Encarnación que se hace visible a nuestros ojos en el momento del nacimiento del Hijo de Dios, en la Navidad!
Dios se esconde y se encuentra allí donde menos pensamos encontrarlo.
El Ángel había dicho a los pastores: «Aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». La señal de Dios…no es un milagro clamoroso. La señal de Dios es su humildad. La señal de Dios es que Él se hace pequeño; se convierte en niño; se deja tocar y pide nuestro amor.
“Cuánto desearíamos, nosotros los hombres, un signo diferente, imponente, irrefutable del poder de Dios y su grandeza. Pero su señal nos invita a la fe y al amor, y por eso nos da esperanza: Dios es así. Él tiene el poder y es la Bondad. Nos invita a ser semejantes a Él. Sí, nos hacemos semejantes a Dios si nos dejamos marcar con esta señal; si aprendemos nosotros mismos la humildad y, de este modo, la verdadera grandeza; si renunciamos a la violencia y usamos sólo las armas de la verdad y del amor”
Queridos adoradores:
Preparémonos para recibir al Dios que se hace hombre por nosotros y viene a la tierra para poder llevarnos al cielo.
Que en esta Navidad cuando Jesús venga para nacer de un modo nuevo en nuestros corazones los encuentre bien dispuestos y preparados para recibirlo
Que la contemplación de la Sagrada Familia de Nazaret nos haga crecer en el conocimiento amor de Dios y que podamos imitar las virtudes de Jesús, José y María.
Los turnos para el mes de diciembre comienzan el lunes 14 a las 15 hrs. Y finalizan el miércoles 16 a las 6 de la mañana, están todos invitados a registrarse
¡Muy Feliz Navidad a todos y que Dios los bendiga!
[1] (San Atanasio de Alejandría, De Incarnatione, 54, 3: PG 25, 192B). Catecisimo Iglesia 460