¿Qué se siente tener hermanos misioneros?

Mi intención es expresar el orgullo de tenerlos. Aunque tengo miedo que sea la vanagloria del apellido lo que me motive a ello, lo hago porque es más fuerte la alegría que siento.

Tampoco quiero manifestar la infinidad de gracias que ello conlleva, porque no tengo la noción y profundidad espiritual para hacerlo.

Sólo quiero «intentar» manifestar los sentimientos del corazón por tener tal honor. Honor que creo inferior al de tener un hijo misionero.

¿Cómo expresar el dolor de una partida hasta varios años de una persona que convivió toda la vida conmigo, que comparte mi misma sangre y mis mismos padres, que conserva los mismos recuerdos agrestes de la infancia?

¿Qué es tan grande e importante para romper el corazón en lágrimas a unos hermosos sobrinos que no va a ver crecer, a una madre macabea y a un padre que es imagen y semejanza de la bondad del Padre con mayúscula?

Lo material que dejan ni siquiera debería nombrarlo, porque ensucia la nobleza de este sentimiento.

Para la gran mayoría es locura, o instigación de unos padres demasiado religiosos; quizás los engatuzaron con algo, o es un desperdicio para el mundo.

Para mi es la respuesta de un alma que vive del honor; es el acto de valentía, desprendimiento y nobleza más grande que pueda existir. Incluso más grande que el de cualquier héroe bélico de la historia, porque éste no ha renunciado a su propia voluntad.

Mientras el mundo se destruye por darle la espalda a Dios, ellos siguen trabajando con alegría por el Reino de los cielos, como si lo que pasa afuera no le afectara, y no es que no lo sepan.

Ellos no pierden la esperanza, no son derrotistas, porque trabajan sabiendo que la victoria la tienen asegurada en la eternidad, pese a las derrotas temporales.

Ellos saben que son una manga de pecadores que quieren ser santos, por eso sus miserias no los entristece y se abrazan como niños a la misericordia y Providencia divina.

En fin, ¿qué creen que puede sentirse tener hermanos así? Nobleza, honor, orgullo, gratitud, admiración…

Pero más importante que este sentimiento es que llevan a uno a preguntarse: si ellos fueron capaces de hacer esto ¿qué voy a hacer yo de mi vida? ¿Elijo una vida cómoda y placentera? ¿O elijo vivir de la nobleza?

Simón Alberto Giacinti

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