
Jesús, buen Pastor,
Tú que has venido
para buscar y salvar
lo que se había perdido;
Tú que has instituido
el sacerdocio de la Iglesia,
que ha de proseguir tu obra
por todos los tiempos,
te rogamos insistentemente:
envía operarios a tu mies!
Envía sacerdotes dignos a tu Iglesia!
Envía religiosos y religiosas!
Haz que sigan tu llamado
todos los que desde la eternidad
elegiste para tu santo servicio,
pero que ninguno se atreva a penetrar
en tu Santuario sin haber recibido ese llamado.
Fortalece, Señor,
a todos tus sacerdotes y religiosos
en su difícil vocación
y bendice sus esfuerzos y trabajos.
Que sean la sal de la tierra
que evita la corrupción;
que sean luz del mundo
que a todos iluminen con su palabra
y con su ejemplo.
Concédeles sabiduría, paciencia y fortaleza
para que busquen tu gloria,
extiendan tu reino en los corazones de los hombres
y lleven las almas a ellos confiadas
hasta la Vida eterna. Amén.
María, Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros.