Lu Monferrato y la CONSTANTE ORACIÓN DE LAS MADRES DE FAMILIA, de un pueblito italiano dio abundante cosecha: 323 VOCACIONES !!
En la zona norte de Italia, a unos 90 kilómetros al este de Turín, enclavada en una región francamente rural, se encuentra un pueblo llamado Lu Monferrato. La localidad está conformada por unos cuantos miles de habitantes. Para el mundo entero este lugar no pasa de ser un pintoresco pueblo italiano; sin embargo, en él ha acontecido «algo grande».
«A partir de 1881 en Lu se desencadenó una discreta acción promovida por las madres de familia. Como en muchas regiones del planeta, habitadas por buenas mujeres cristianas, las señoras de esta comunidad mantenían en su corazón un hondo anhelo: querían ver a algunos de sus hijos ordenados sacerdotes o a unas de sus hijas comprometerse totalmente al servicio del Señor.
Con ese deseo en el interior se dirigían, al principio cada una por separado, a la iglesia del lugar para comunicarse con el Señor y manifestarle el anhelo que alimentaban. Pronto, este hondo deseo pasó del corazón a la palabra. Se hicieron confidencias y, al poco tiempo, descubrieron con alegría que era grande el número de madres que coincidían en esa esperanza «.
Así, bajo la dirección del cura párroco del lugar, el padre Alessandro Canora, las señoras comenzaron a reunirse todos los martes para la adoración del Santísimo Sacramento y para seguir rezando por las vocaciones. Todos LOS PRIMEROS DOMINGOS DE MES recibían la COMUNIÓN con esta INTENCIÓN Después de la Misa las MADRES REZABAN JUNTAS juntas para pedir vocaciones sacerdotales.
Gracias a la oración plena de confianza de estas madres y a la apertura de corazón de los respectivos padres, las familias vivían en un clima de paz, serenidad y devoción alegre, virtudes que permitieron a sus hijos discernir con mayor facilidad el llamado del Señor.
Amor hecho oración..
Cuando el Señor dijo: «Muchos son llamados, pero pocos son elegidos» (Mt 22,14) hay que comprenderlo de este modo: muchos serán llamados, pero poco responderán. Nadie hubiera pensado que el Señor hubiera atendido tan abundantemente la oración de estas madres.
De este pequeño pueblo surgieron 323 vocaciones a la vida consagrada (¡trescientos veintitrés!): 152 presbíteros (y religiosos) y 171 religiosas miembros de 41 congregaciones.

Beato Filippo Rinaldi
En algunas familias había hasta tres o cuatro vocaciones. El ejemplo más conocido es la familia Rinaldi. El Señor llamó a SIETE HIJOS DE ESTA FAMILIA !! de esta familia. Dos hijas se consagraron como religiosas salesianas y, enviadas a Santo Domingo, fueron valientes pioneras y misioneras. Entre los varones, cinco fueron sacerdotes salesianos.
El más conocido de los cinco hermanos,FILIPPO RINALDI fue el tercer sucesor de don Bosco, BEATIFICADO por Juan Pablo II el 29 de abril de 1990. De hecho, muchos jóvenes entraron con los salesianos.
No es una casualidad porque DON BOSCO en su vida fue cuatro veces a Lu. El santo participó en la primera Misa de Filippo Rinaldi, su hijo espiritual, en su pueblo nativo. A Filippo le gustaba mucho recordar la fe de las familias de Lu: «Una fe que hacía decir a nuestros padres: el Señor nos donó hijos y si Él los llama nosotros no podemos ciertamente decir que no».
Luigi Borghina y Pietro Rota vivieron la espiritualidad de don Bosco de modo tan fiel que fueron
llamados uno “el don Bosco de Brasil” y el otro “el don Bosco de la Valtellina”.
Tambien Mons. Evasio Colli, Arzobispo de Parma, provenía de Lu (Alessandria). De él dijo Juan XXIII: “Él tendría que haber sido Papa, y no yo. Poseía todo para llegar a ser un gran Papa.
«Cada 10 años, todos los sacerdotes y las religiosas que todavía están vivos se reúnen en su pueblo de origen llegando desde todo el mundo. El padre Mario Meda, que fue por muchos años párroco de Lu, dice cómo este encuentro es en realidad una verdadera fiesta, una fiesta de agradecimiento a Dios por haber hecho grandes cosas en Lu «.
La oración que las madres de familia RECITABAN en Lu ERA BREVE SIMPLE Y PROFUNDA :
«¡Señor, haz que uno de mis hijos llegue a ser sacerdote! Yo misma quiero vivir como buena cristiana y quiero conducir a mis hijos hacia el bien para obtener la gracia de poder ofrecerte, Señor, un sacerdote santo. Amén».
Una foto que es única en la historia de la Iglesia católica. Desde el 1 al 4 de septiembre de 1946 una gran parte de los que fueron llamados a la vocación —entre sacerdotes, religiosos y religiosas— provenientes de Lu se reunieron en su pueblo natal. Este encuentro tuvo resonancia en todo el mundo.