Boletín Diciembre 2022

Novena al Divino Niño Jesús

O Dios, que por amor a nosotros nos has enviado a tu Hijo único
como nuestro Salvador y Redentor,

pedimos que por la intercesión de los méritos de su infancia,

aumentéis nuestra fe y abundemos en buenas obras;

y de manera particular te encomendamos

la gracia del aumento, perseverancia y santidad de las vocaciones religiosas,

para tu mayor gloria y salvación de las almas.

Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

San Juan Pablo II: La oración es nuestra fuerza

Del mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XXIV Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones (1987)

 

Ante el fenómeno del bajo número de los que se consagran al sacerdocio y a la vida religiosa, no podemos permanecer pasivos, sin hacer nada de cuanto esté en nuestras posibilidades. Ante todo podemos hacer mucho con la oración. El mismo Señor nos recomienda: «Rogad al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (cf. Mt 9, 38; Lc 10, 2).

La oración por las vocaciones al. sacerdocio y a la vida consagrada es un deber de todos y un deber de siempre. El futuro de las vocaciones está en las manos de Dios, pero en cierto sentido también está en nuestras manos. La oración es nuestra fuerza: con ella las vocaciones no faltarán, ni la voz divina dejará de ser escuchada. Oremos al Maestro para que ninguno se sienta ajeno o indiferente a esta voz, antes al contrario, se interrogue a sí mismo y mida su propia capacidad, o mejor, redescubra sus propias reservas de generosidad y de responsabilidad. Ninguno se sustraiga a este deber.

¡Gracias por vuestras oraciones!

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